Compañias necesarias

Alma se quedó encerrada, ese día no quiso salir.
No quería salir ni ese ni ningún otro día en al menos 15 años más… 15 años ya vividos eran muchos para sus cansados hombros, ya no quería volver a oír la ronca voz de Dolor, ni a sentir los oscuros pasos de Rechazo o ver nuevamente el triste rostro de Desilusión…No, quería tiempo, necesitaba tiempo, tiempo para creer que las cosas pudieran ser mejores o al menos más fáciles...Creía que a los 30 ya podría volver a salir a la calle, sin sentir que Miedo la atemorizara, sin que Ilusión la encegueciera, sin que Pasión la desbordara...Y Alma se quedó encerrada, se hundió en los azules brazos de Soledad, se quedó quieta, casi dormida, esperando el ocaso... sin saber que quizás el ocaso podría ser eterno.
La Esperanza se mantenía oculta tras la puerta cerrada, pero no se presentó. La Soledad parecía un buen abrigo para Alma, pero las apariencias engañan… Alma estaba mejor en compañía de Dolor, Pasión, Miedo, Ilusión, Rechazo, Esperanza, y los demás, porque eran ellos los que daban sentido a su vida, a pesar de todo.
Cuando hubieron transcurrido esos 15 años, Alma se dispuso a atravesar el umbral que la separaba del mundo, de esa realidad sombría. Pero cuando salió se encontró con la verdad: Soledad la había consumido por completo. Se transformó en un ser aislado, introvertido, lleno de desesperanza, un ser infeliz, porque Felicidad no puede existir sin la compañía de Dolor y Tristeza. ¿Qué valor tiene una sonrisa, cuando no existe otro sentimiento? ¿Si uno nunca se encuentra acompañado de Tristeza que satisfacción brinda encontrarse con Alegría?Alma ya no era la de antes, los 15 años transcurridos con Soledad formaron un abismo imposible de superar, obligándola a permanecer en penumbras.