Eran tiempos duros, la guerra se aproximaba y resultaría inevitable.
Una vez desatada, sería difícil diferenciar a los aliados de los enemigos.
Con el objetivo de estár protegido, un hombre ingresó a una edificación apartada del resto, en un lugar casi despoblado, para hacerse con una potente arma de destrucción.
Dicho edificio era precario y de su maltrecha puerta de entrada, colgaba un pequeño cartel que rezaba: "Venta de Seres Humanos".
Todo ser vivo, por naturaleza, cumple un papel fundamental en la cadena alimenticia, y toma del mundo sólo lo necesario para subsistir. No obstante esto ya no es cierto, de todos ellos,solo el hombre rompe con ésto. Es el único que destruye sin razón.
viernes, 7 de diciembre de 2007
Hombre = Arma = Destrucción
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*...:::Flor:::...*
a las
10:37 p. m.
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